Siempre hay una primera vez para todo y, aunque yo mi Primera Comunión ya la pasé hace décadas, hace poco viví una segunda Primera Cominuón, pero esta vez desde el otro lado de la cámara. Recuerdo que cuando me tocó a mi ponerme delante fui con mi madre a un estudio, de estos de toda la vida, en los que el fotógrafo tenía mil millones de fondos bucólicos, atrezzo vario y hasta un columpio lleno de flores, el cual me causo sensación, como al 99% de las niñas que allí iban a fotografiarse. Todo era muy lo que tenía que ser, clásico, encorsetado, lo que había en aquella época. Por suerte, más de 20 años después, las cosas han cambiado bastante y existe un amplio abanico de posibilidades para hacer este tipo de sesiones.
La posibilidad del estudio sigue existiendo, lo clásico nunca muere, pero ¿porque no darle un aire diferente? ¿porqué no dejar que el niño disfrute como lo que es, vaya vestido de lo que vaya? Para ello las sesiones de exteriores son lo mejor porque se puede elegir el entorno que mas guste a la familia y siempre será más fácil conseguir que el niño se sienta cómodo delante de la cámara.
Ese es el tipo de sesión que me gusta hacer, en general. Por eso cuando los padres de Jorge se pusieron en contacto conmigo estuvimos hablando y ellos decidieron que lo que yo les ofrecía encajaba perfectamente con lo que ellos iban buscando. Siempre es un placer y una satisfacción que confíen en tu criterio, sobretodo cuando les dices que es la primera vez que vas a hacer una sesión de Comunión.
Trabajar con niños mayores es muy diferente a hacerlo con bebés, en algunas cosas. Colaboran mucho más, es mucho mas sencillo comunicarte con ellos y conseguir lo que quieres, pero hay algo que no varía, y es que los niños se cansan pronto, da igual la edad que tengan. Por norma general las sesiones no suelen durar mas de hora y media, que es lo que te aguanta un niño de buen grado, así que hay que intentar sacar lo mejor de ellos cuanto más rápido mejor.
¡Con Jorge y su familia fue una maravilla! Nos fuimos a un parque muy conocido de la ciudad, precioso, a media tarde, y allí conseguimos unas bonitas tomas de él junto con sus padres y su prima pequeña. Estoy muy satisfecha del resultado final de esta sesión, unas fotos sin rigideces, naturales, en las que a ellos se les ve relajados, en familia y yo soy una mera espectadora que captó la belleza del momento.
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