Si hay un momento especial en la vida de cualquier mujer que quiere ser madre, ese es el embarazo. Unos meses llenos de emoción, hormonas, amor, cansancio, preparativos… No digo que todo sea maravilloso, hay embarazos mas tranquilos que otros, pero sin duda es una época que dura solo un tiempo y luego se olvida con mucha rapidez. Por eso es importante hacerse fotos embarazada, para atesorar esos recuerdos y recordar los bonitos momentos que nos dan esos meses (que al final lo malo se olvida, y solo nos acordamos de lo bueno. Sino nadie repetiría 😉 )
Cada embarazada y cada embarazo es un mundo como digo. A cada una el cuerpo le reacciona de una manera. Algunas tenemos una barriga enorme desde el segundo trimestre. A otras apenas se les nota hasta casi casi el final. Sea cual sea el caso, yo me adapto a hacer la sesión en el momento en el que la futura mamá se encuentre mejor. Esto, generalmente, suele ser hacia el final del segundo trimestre, principio del tercero. Pero no hay unas semanas fijadas para todas igual. La horquilla estaría rondando la semana 28 a la 35.
En el caso de la sesión que vengo a enseñaros hoy, la hicimos sobre la semana 35 y las fotos no pudieron quedar mas bonitas. Fotos naturales en las que la protagonista se sienta cómoda, sin disfraces ni artificios. Solo ella y su bebé. Fotos en las que, pasados los años, pueda reconocerse.
Aunque la protagonista de la sesión siempre es la embarazada, la pareja y los hermanitos, si los hubiera, siempre son bienvenidos. En el caso de esta sesión, se trata de un pack de embarazo + newborn (recién nacido) del que ya os hablé. En el siguiente post os enseñaré la otra mitad del pack 😉
Deja una respuesta