Dar con un proveedor que se ajuste a tus necesidades no siempre es fácil. Desde que la fotografía pasó de analógica a digital todo el proceso de post producción de las imágenes ha cambiado como de la noche al día. Entonces empiezas a probar laboratorios, que cada vez hay menos. Distintos lugares donde saquen tus imágenes con la mayor calidad y del modo más fiel al efecto que tu les das en el ordenador. Y este es un camino muy largo en el que solo funciona el prueba/error. Casi como hacer una tira de prueba en el laboratorio tradicional que pudieras tener en casa, pero invirtiendo mucho tiempo y mucho dinero en ello.
Sinceramente, perdí la cuenta de cuantos laboratorios probé y ninguno me daba el nivel de calidad que iba buscando. O las fotos tenían otros colores que no eran los adecuados, o mas o menos luz o contraste. El caso es que no daba con la tecla adecuada… Hasta que di con Saal. Al principio pedí un muestrario para ver los tipos de acabados. Esto a nivel profesional es muy útil. Y desde entonces, todas las fotografías las revelo usando este servicio, que, incluso con los gastos de envío, sale muy bien calidad/precio.
Lo último que probé fue su álbum digital y, en líneas generales, estoy muy contenta. Para empezar, hay que descargarse su programa, como pasa con cualquier página para hacer álbumes digitales. El programa resulta muy intuitivo y fácil de manejar. Tienen infinidad de plantillas que se pueden modificar a tu antojo, haciendo único cada álbum.
Se puede elegir entre varios tipos de formatos: verticales, horizontales o cuadrados. Yo, en este caso, encargué uno horizontal para las fotos de la boda de Rocío y Jonathan y otro vertical para las fotos del primer año de mi hija.
Se puede elegir entre cubierta dura, cubierta blanda o álbum de páginas extra gruesas. Yo cogí ambos en cuebiertas duras, solo que uno de ellos lo pedí con las tapas acolchadas y el otro no. Y ahí es donde reside mi única pega a Saal. Resulta que pedir las tapas acolchadas cuesta 5 € más. Yo las pedí así para el álbum de la boda, pensando que le daría mas empaque. Y no es que quede mal. Pero cuando me llegó el álbum había una ralla en todo el frontal del álbum hundida. Posiblemente no fuera problema del proceso de producción, pero si del envío. Tiene pinta de que algo dejaron apoyado sobre el álbum que generó esa ralla en el acolchado. Sinceramente, puede que no sea algo que tenga mucha importancia, pero, a nivel profesional no me puedo permitir esta clase de fallos. Así que, de aquí en adelante, prescindiré del acolchado en las tapas.
Por lo demás todo genial. El álbum se imprime en papel fotográfico de verdad y con una calidad muy buena. Preparado para aguantar en perfectas condiciones mas que cualquiera de nosotros, ¡hasta 200 años! El acabado que pedí, es el que más me gusta y suelo pedir siempre, acabado mate. Así te evitas problemas de que se puedan quedar huellas dactilares si no tienes cuidado al verlo. Y, por supuesto, sin el logo de la empresa.
Los precios de sus álbumes varían, como en todos, dependiendo de lo que vayas eligiendo y del número de páginas. Pero están en la media del mercado. El envío, a pesar de ser una empresa que está en Alemania, es muy rápido. Deciros que pedí mis álbumes un domingo y al siguiente viernes ya los tenía. Solo 5 días. Y te lo mandan con DHL que trabaja con Correos.
Así que, en general, estoy muy contenta con la calidad de los álbumes digitales de Saal digital. ¡Repetiré sin duda! Les daría un 4,8 sobre 5. Y para que veáis un poco de lo que os hablo, aquí os dejo unas cuantas imágenes del álbum digital de la boda.
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